Acabamos de celebrar el Bautismo del Señor. El encuentro de Jesús con Juan Bautista fue para Jesús la experiencia fundante que dio un giro total a su vida.

“Y mientras Jesús oraba…”

No se trata de un fenómeno externo, ni de ver a una paloma que baja, ni de ver que el cielo se abre….  Ni Espíritu visible, ni voz audible, ni cielo rasgado. Cierto que necesitamos imágenes que nos ayuden a la comprensión de lo que Jesús vivió…. pero muy conscientes de que el Espíritu actúa siempre de la misma manera, silenciosamente, desde dentro.

Fue la experiencia fundante de Jesús……. Jesús descubrió su IDENTIDAD más profunda: HIJO MUY AMADO del Padre.

Lo que transforma a Jesús no son las palabras que escucha del Bautista, ni el rito en sí, Jesús vive algo mucho más profundo.

Se siente inundado por el Espíritu del Padre. Se reconoce a sí mismo como Hijo de Dios. Uno con el UNO.

Su vida consistirá en irradiar y contagiar ese AMOR insondable de un Dios-Padre.

Estas mismas palabras, el Espíritu te las dice hoy a ti. Necesitas escucharlas desde “adentro”, que se graben en ti, que impregnen tu cuerpo, tus entrañas, tu ser y toda tu vida:

“Tu……… eres mi hij@ muy amad@”.

La experiencia de ser amado tiene un efecto sanador insospechado. Vivir experimentando esta realidad va sanando nuestras inseguridades, nuestros miedos… Hay tantos hombres y mujeres que, bajo apariencia de arrogancia, viven sin consistencia interior, sin núcleo interior, sin contacto con su “centro” más profundo.

Sabernos, experimentarnos, desde “adentro” amados por Dios,

…es la verdad más profunda de la existencia. Aunque en estos momentos no lo sienta, soy amado por Dios con amor insondable y eterno, soy precioso a sus ojos. Como dice Henry Nouwen, ser amados “es el origen y la plenitud de la vida del Espíritu”. Es cierto que somos hijos de Dios, pero tenemos que llegar a serlo interiormente. En esto consiste la vida espiritual: en sabernos, sentirnos y pensarnos como seres queridos por Dios (Pagola).

Esta experiencia de Jesús nos ayuda a cuestionar nuestra FE. Es muy importante lo que de niños escuchamos a nuestros padres, educadores, sacerdotes, etc. pero al final… LA FE es un itinerario personal que cada uno tiene que recorrer, desde “adentro”, para podernos responder a la pregunta: ¿Quién es para mí, este Dios en el que creo?

La covid-19 está suponiendo una gran oportunidad para hacernos conscientes de la rutina y automatismos que nos acompañan diariamente…

Cuántos de nosotros hacemos cosas sin saber si es lo que realmente queremos hacer. La pandemia nos está ayudando a parar y a pensar y a plantearnos cómo queremos vivir después de que terminen estos meses de dolor y confinamiento, hacia dónde queremos ir, qué valores queremos potenciar. La enfermedad es una oportunidad, un momento de replanteamiento.

REFLEXIONA:

• • ¿Recuerdas la fecha de tu bautismo?

  • ¿Celebras el aniversario de tu bautismo?

  • ¿Te sientes afortunado con el don de la fe y agradecid@ por haber sido bautizado?

  • ¿Te has experimentado hij@ muy amad@ de Dios? Revive tu experiencia.

25- “TÚ ERES MI HIJO MUY AMADO” (Mc 1, 7-11)      Hna. Paloma Marchesi, Carmelita Misionera