27- Nuestra existencia: un continuo aprendizaje
Nuestra existencia: un continuo aprendizaje.
Haz una pausa y pregúntate: ¿Qué estoy aprendiendo de esta situación por la que estoy pasando, tan dura, tan difícil…? ¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Qué dice esto para mi proyecto de vida actual? ¿Hacia dónde quiero ir?
El Jesuita, José María Olaizola, nos invita a hacer un examen de 5 pasos concretos, en los que me quiero apoyar para hacer esta reflexión que me gustó y que a ti también te puede ayudar.
¿Qué pasos tengo que dar para vivir más conscientemente? ¿Para dejar de lado la rutina y automaticidad de mi vida diaria?
El primer paso: Me abro a la Presencia de Dios y me pregunto: En el hoy de mi vida
¿Qué Dios descubro? ¿A cuál me dirijo o rezo?
Hay personas que sienten que Dios les ha engañado y ante esta situación pierden la fe, pierden la paz, y el sentido de la vida. Y sale el viejo argumento: el problema del mal…
Dios no nos ha engañado… Dios ha creado un mundo complejo en el que los límites son parte del camino. Y en medio de ellos, Dios es nuestro refugio, nuestro auxilio y protector, pero no para defendernos de la vida, sino como fuerza en la debilidad, como amor… Dios nos ayuda a vivir la verdad no a negarla o disfrazarla.
Dios está siempre al lado de quien sufre. Dios está el corazón de todos los que pierden seres queridos…. Está en la vida, está crucificado en las vidas de muchos humanos, en tantos heridos; Dios está también en la fraternidad, la solidaridad de unos con otros…
Y, así podremos decir: sí, tú eres ese Dios que está en todo y en todos
El segundo paso: Agradecer.
Estamos más necesitados que nunca de encontrar motivos para la gratitud a pesar de todo. Buscarlos y proponerlos…
Una mirada creyente tiene que dedicarle tiempo a agradecer, porque una de las peores dinámicas de este mundo contemporáneo es la queja.
¡Estamos recibiendo tantas, tantísimas bendiciones…! Te invito a que escribas 50 motivos por los que te sientes impulsado a decir ¡Gracias de corazón… amigo de la vida…!
El tercer paso: Pedir perdón y aprender a perdonar.
Aprender a mirarme en profundidad, a mi debilidad, mi egoísmo, mi incapacidad de amar gratuitamente y preguntarme, en qué puedo cambiar, en qué puedo convertirme…….
Y también, mirar la realidad de un mundo herido; la globalización que deja a mucha gente en las fronteras; el ruido, la mentira, gente que se queda al margen; falta de un proyecto común.
El cuarto paso: La petición.
Reconocer lo que uno necesita, pero siempre teniendo a la vista la oración de JESÚS en GETSEMANY.
“Padre si es posible. Uno expresa su deseo, les pone palabras a sus necesidades, las expresa al Padre… Pero que se haga en mí TU voluntad…”
¿Cuál es la voluntad de Dios? Ya lo sabemos… la fraternidad, que nadie quede fuera… Todos hermanos, todos hijos del mismo Padre…
EL quinto paso: Metanoia – Conversión
¿Qué cambios concretos puedo hacer? ¿Qué LUZ estoy recibiendo? ¿Cómo camino hacia adelante? ¿Qué me pide el Espíritu?
27 Pistas para el Camino- Nuestra existencia: un continuo aprendizaje – Hna. Paloma Marchesi, Carmelita Misionera