26- ¿Te consideras una persona espiritual?

26- ¿Te consideras una persona espiritual?

¿Te consideras una persona espiritual?. En esta reflexión comienzo haciéndote dos preguntas:

  1. Tú, ¿Te consideras una persona espiritual? Si tu respuesta es afirmativa, te pregunto: ¿Qué entiendes por ser espiritual?

  2. ¿Cómo se nota en tu vivir diario que realmente reflejas lo que crees como ser espiritual?

 

No hace mucho tiempo leí en unos apuntes o en un libro del Jesuita Olaizola, un artículo que me intereso mucho y que lo encontré muy bueno para nuestra propia reflexión.

Hay mucha gente que dice que se considera espiritual, y dice de sí mismo/a aquello de “yo soy una persona muy espiritual. Eso no necesariamente significa religiosa, ni tan siquiera creyente. A veces con ello quiere aludir a que tienen vida interior.

Se ven ellas mismas como personas espirituales porque reflexionan, hacen silencio o les gusta abstraerse o meditar con músicas tranquilas o aromas propios de una tienda natural o en contacto con la luz de las velas. Por eso, dicen ellas, me considero una persona espiritual.

Es verdad que el fuego o la luz tienen ese magnetismo que centra las miradas y aquieta los ruidos de dentro, otras veces sí puede implicar que quién dice eso se siente de algún modo más unido a la naturaleza, a la vida o a algo trascendente.

En cristiano, ser espiritual hace referencia al Espíritu de Dios. Espirituales, de algún modo, somos todos, pero la clave para dejar que esa dimensión de la vida crezca, está en dejar que dentro de uno el Espíritu de Dios tenga espacio para moverse, resonar y suscitar inquietudes. No se trata de que al habitarnos el Espíritu nos invada. Es más bien una convivencia que potencia lo mejor de uno mismo; que hace que la soledad sea sonora, y mantenga los sentidos mucho más alerta.

El espíritu resuena en la oración, en la actividad, al ver un telediario, al dar un abrazo, al leer un libro, en una canción, al mirar un cuadro, dando un paseo, escuchando a alguien que te habla de su vida; resuena en la historia y en la imaginación que nos invita a soñar un futuro mejor, resuena en el encuentro humano, y bajo su impulso maduran en cada uno de nosotros algunas actitudes que nos llevan a vivir con más plenitud: compasión, justicia, verdad, amor…

Eso sí, el espíritu no se impone a nosotros, a nosotras. Si no le dejas hablar, se calla y espera, pacientemente… La cuestión es, ¿Cómo dejarle? 

 

 

26 Pistas para el Camino- ¿Te consideras una persona espiritual?  – Hna. Paloma Marchesi, Carmelita Misionera

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