23 Pista para el Camino - Ven a mí

23 – Ven a mí, tú que estás cansada, triste, agobiada…

 

“Ven a Mí, te dice Jesús, tú que estás cansada y agobiada; y Yo te daré descanso…

Aprende de MÍ que soy sencillo y humilde de corazón; y hallarás descanso para tu alma…”

(Mt 11:28)


 

Uno de los sentimientos más extendidos en los últimos meses, tiempo de confinamiento por causa de la pandemia, es el sentimiento de tristeza.

Hay gente que vive atenazada por la inseguridad, por el miedo y el desconcierto, gente sin ganas de vivir, gente sin ganas de nada…. Personas que no pocas veces al día se preguntan: cuándo terminará esta pesadilla, cuándo volveremos a ser libres, cuándo nos llegará el momento de los encuentros familiares, caricias y abrazos… Cuándo, cuándo…. Y al no encontrar respuesta se van sumiendo en un sentimiento doloroso de amargura e infelicidad.

Una pena

Vivimos con la idea de que todo nos vaya bien, de que seremos felices solo si nos va bien en nuestros planes y proyectos, en aquello que deseamos y acariciamos…. pero la vida es la vida y no está a expensas de que a mí me vaya todo bien, lo cual es una pretensión absurda. Y el problema está justamente aquí: en que la situación que me desagrada la resisto, la freno, no me permito vivirla, sentirla, penetrarla, abrazarla, descubrir el mensaje que me trae.

Resulta evidente que las situaciones que vienen se producen solas, no las hago yo, no fabrico yo esas realidades. Las experiencias que no están vividas, que no están resueltas, que resisto y a las que digo no, esto no, lo quiero me producen lo que llamamos sufrimiento.

Aceptar significa acoger el hecho objetivo: la pandemia, el confinamiento…. pero además abrirme al hecho puntual del dolor que me produce la situación. Aceptar es sencillamente rendirme activamente a ese dolor, lo cual significa asumir las cosas tal como son.  La aceptación no es nada más que decir “SÍ”, allí donde he dicho “no”. Pero no un decir “sí” con la cabeza ni con las ideas, sino un “SÍ” de corazón, de visión y de cuerpo. La aceptación es ese reconocimiento simple y sabio de lo que hay. Un rendirme a lo que ES.


A ti que te haces tantas preguntas,…

…que tan solo deseas que termine esta pesadilla: el confinamiento, el dolor de la separación de los que viven lejos y a los que no puedes visitar, la inseguridad, y la tristeza que te produce esta realidad; te invito a que hagas diariamente 15 minutos de silencio profundo, y desde tu corazón escuches la palabra de Jesús que te susurra:

 

“Ven a Mí, tú que te sientes oprimida, triste, y sola y Yo te daré descanso…

Descubre “ese TESORO” que se encuentra escondido en el confinamiento y el dolor”.

 

Habla con alguna persona que te pueda ayudar a cambiar de ACTITUD.

Sabes bien que es LA ACTITUD la que marca la diferencia.

Y tú, puedes ser una PERSONA FELIZ aún en medio del confinamiento y del dolor.”

 

                   Paloma Marchesi, Carmelita Misionera

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