“Cuando emprendemos un viaje que prevemos va a ser largo, solemos pensar en algunos puntos en el trayecto donde hacer una parada, descansar, reponer fuerzas y continuar.,
Algo similar sucede en este viaje interior hacia mi encuentro con Dios, mi verdadero Ser, sólo que, en este “especial viaje”, las paradas no están programadas, sencillamente Dios las pone en el camino cuando las necesitamos.
Un lugar así ha sido para mí la Casa de Espiritualidad Carmelitana en Ávila, en la que he podido disfrutar de un magnifico espacio de silencio, desconexión de lo exterior, descanso, libertad y respeto tan valioso.
Mi agradecimiento a todas las Hermanas, a Nati, por su acogedora bienvenida y hacernos sentir como en casa.
Ha sido una experiencia intensa y revitalizante.”
Reyes. Valencia